Después de más de tres años de estancamiento, la Unión Europea, logró un acuerdo que transformará significativamente su política migratoria. El cambio afectará la manera cómo el bloque comunitario procesa y acoge a los migrantes, gestiona la expulsión de los solicitantes de refugio y sus deportados y los distribuye entre los diferentes países integrantes de la Unión con posibilidades de acogerlos. La reforma incluye una investigación más rápida de las llegadas irregulares, la expatriación acelerada de los peticionarios de asilo rechazados y la creación de centros de detención fronterizos.